Colombia se levanta para andar el camino del matrimonio igualitario

No todos los caminos se recorren de la misma manera. Colombia llevaba años estacando en la cuestión de los derechos de la comunidad LGTB pero en las últimas semanas se ha vivido un verdadero torbellino que ha empujado al colectivo hasta una situación de visibilidad y protección que resultaba improbable hace apenas unos meses.

Y es que en las últimas fechas dos hechos han resultado cruciales para la comunidad LGTB del país. La localidad sureña de Toro ha elegido al primer alcalde gay (Julián Bedoya) de toda la historia del país, a la vez que la Corte Suprema Colombiana, dictaba una sentencia por la cual las parejas LGTB se libraban de cualquier estigma discriminatorio por parte de las agencias de adopción del país.

Julián Bedoya se ha convertido en un ejemplo a seguir en un país donde la esfera política no es demasiado diversa en cuanto a representates LGTB. Bedoya se ha convertido en alcalde de Toro derrotando a la ideología conservadora del partido Centro Democrático del ex presidente Álvaro Uribe.

Sin embargo, la campaña de Bedoya se centró en cuestiones relacionadas con la pobreza y la reducción de la tasa de empleo y no tuvo demasiado lugar para cuestiones relacionadas con el colectivo LGTBI

Yo no represento los intereses de la comunidad LGBTI. Yo represento los intereses de la comunidad y de los intereses del partido Centro Democrático Toro. El hecho de que hay una persona gay no significa que esa persona tiene que estar mostrando sus plumas por todas partes… hay trabajo por hacer.’

Más recientemente, la justicia del país ha dictado una sentencia histórica para la comunidad LGTB. La Sala Plena de la Corte Constitucional de Colombia decidió que las parejas homo y heterosexuales han de acceder de manera igualitaria a la adopción de menores, resolviendo una demanda de inconstitucionalidad contra su Código de Infancia y Adolescencia, sentencia que a la postre evita cualquier tipo de discriminación en el acceso a la adopción por parte de las parejas del mismo sexo.

Estos dos hechos particulares de las últimas semanas siguen la estela de otros saludables sucesos que se han llevado a cabo en Colombia en los últimos meses y que están impulsando el reconocimiento de derechos como la libre expresión del género, el cambio registral del sexo para personas trans o el impulso de un marco jurídico en el que pueda acomodarse el matrimonio igualitario.

Todo hace pensar que el matrimonio igualitario está más cerca que nunca de poder instalarse con gusto y con plenas garantías dentro del país cafetero.

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